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Rae Carson

La fuerza de existir

  • Sergio Castrohar citeretfor 26 minutter siden
    Luego, y mucho más tarde, la humanidad de un individuo se define por la triple posibilidad conjunta de una conciencia de sí, una conciencia de los otros y una conciencia del mundo, con las posibilidades resultantes de las interacciones entre sí mismo y sí mismo, entre sí mismo y el otro, entre sí mismo y lo real. El que ignora quién es, quién es el otro y qué es el mundo está fuera de la humanidad aunque esté vivo. Pero lo que antecede a la humanidad y lo que la sigue no manifiestan la misma carga ontológica: el embrión neutro pesa mucho menos que el cadáver lleno de recuerdos, afectos e historia.

    Más acá y más allá de lo humano, todas las operaciones humanas se encuentran ontológicamente justificadas y legitimadas. Al comienzo de la vida: la selección genética, la investigación de embriones, su clasificación, la contracepción, el aborto y la transgénesis; al final, en caso de muerte cerebral confirmada, de vida mantenida por medios artificiales, de un coma que, según se pueda comprobar, ha durado demasiado: la eutanasia y la extracción de órganos.
  • Sergio Castrohar citeretfor 28 minutter siden
    En primer lugar, la humanidad de un ser presupone la capacidad en él de percibir el mundo, sentirlo y aprehenderlo de forma sensual, aunque sea someramente. Para lograrlo, es necesario cierto grado de desarrollo del sistema nervioso. Los primeros días o las primeras semanas no son suficientes para que el conglomerado de materia y células se constituya más allá del ser vivo sin realidad personal. La materia gris debe poder reaccionar a estímulos que se reducen a dos tipos: la capacidad de sentir placer y la posibilidad de experimentar dolor: la base del hedonismo. Científicamente, esta posibilidad anatómica se sitúa en la semana número veinticinco de la vida del feto. Ésa es la fecha en la que surge de la nada y entra en lo humano, a pesar de haber estado vivo desde el encuentro entre el espermatozoide y el óvulo.
  • Sergio Castrohar citereti forgårs
    El eugenismo libertario no produce subhombres, ni superhombres, sino sólo hombres: permite una igualdad de acceso a toda la humanidad; rectifica las injusticias naturales e instaura un reino de equidad cultural. Luego, no bien llega el ser al mundo, permite una medicina predictiva antes de que se declare la enfermedad, que así puede impedir; elimina, por lo tanto, tratamientos dolorosos e incapacitantes, las numerosas patologías ligadas a las curas, como también los efectos secundarios de los que no habla la industria farmacéutica.

    La medicina transgenética que acompaña a la eugenesia libertaria frena la omnipotencia de la medicina agonística que, la mayor parte del tiempo, combate el mal con otro mal. Define una medicina distinta, pacífica, que neutraliza la aparición de la negatividad a la manera de las artes marciales.
  • Sergio Castrohar citereti forgårs
    Si la eugenesia es condenable, no es de ningún modo por sí misma, sino por el epíteto que la califica. ¿Qué pensamos, por ejemplo, de la eugenesia libertaria? En principio, ¿qué significa? Una estrategia de evitación y un objetivo muy simple: aumentar las posibilidades de la presencia de la felicidad en el mundo, partiendo del principio de que la enfermedad, el sufrimiento, la minusvalía, el dolor físico o psíquico, merman la alegría de la potencialidad existencial. Así pues: disminuir las posibilidades de la presencia del dolor en el mundo.

    Sin entrar en discusiones bizantinas, todos estamos de acuerdo con respecto a lo que significa la presencia de la alegría o del dolor en el mundo. Para cualquier ser viviente, la salud es preferible a la enfermedad, la aptitud a la minusvalía, la vitalidad a la debilidad, el buen aspecto a la deformidad, la normalidad a la anormalidad. Y cualquiera que prefiera la enfermedad, la minusvalía, la debilidad, la deformidad y la anormalidad, incluso el que niegue la existencia de esas categorías, me parece un criminal ontológico debido a su rechazo a actuar cuando existen posibilidades transgenéticas de evitarlas.

    La salud, que una definición mínima describe como la falta de enfermedad, ofrece la más dulce de las ataraxias. ¿Cómo podría alguien optar, en consecuencia, por la dolencia cuando los medios para alcanzar la paz de la carne existen en lugar de un cuerpo sufriente? ¿En nombre de qué, por encima de todos los seres (sin por supuesto de que se trate de la supresión de un ser que por definición aún no existe), podemos rechazar la elección de la mejor posibilidad existencial entre miles de combinaciones genéticas posibles?
  • Sergio Castrohar citeretfor 3 dage siden
    El cuerpo de antaño sometido por completo a los dictados de la naturaleza se mantiene igual, pero se le añade el artificio, la cultura; se le inyecta inteligencia humana, sustancia prometeica, para liberarlo, hasta donde se pueda, de los determinismos de la necesidad natural.
  • Sergio Castrohar citeretfor 3 dage siden
    La superación de la naturaleza crea lo humano. Rechazar el sufrimiento físico o psíquico, inventar conjuros a partir de cocciones y plantas machacadas, combinar polvos, hierbas y zumos, mezclar brebajes con encantamientos e invocaciones al pensamiento mágico, tocar, ritualizar los gestos, intervenir, no dejar que actúe la naturaleza, imponer el deseo humano, acaso en sus primeros momentos, en sus balbuceos, tal es la esencia de la medicina: una antinaturaleza.
  • Sergio Castrohar citeretfor 8 dage siden
    En el caos de la caída de la civilización, en medio de las ruinas nihilistas del fin de una época, ante lo que espera al cuerpo fáustico, el arte puede instalarse en la vanguardia, a la manera de un laboratorio conceptual, ideológico, intelectual y filosófico. Después de la muerte de Dios y la de Marx, seguida por la de ídolos más pequeños, cada cual queda ante su cuerpo, como al comienzo. ¿Cómo definirlo, cómo aprehender sus modalidades, comprenderlo, entrenarlo, someterlo, domarlo? ¿De qué manera esculpirlo? ¿Qué se puede, qué se debe esperar de él? ¿Hasta qué punto se puede contar con esta irreductibilidad ontológica?
  • Sergio Castrohar citeretfor 8 dage siden
    Y lo que, hoy en día, rebasa el contenido de la razón se llama cuerpo: aquel del que Spinoza dice en sus escritos que aún no ha sido puesto a prueba lo suficiente, hasta el punto de que todavía ignoramos lo que puede; aquel que Nietzsche llama la gran razón, el mismo que Deleuze y Foucault ubican, finalmente, en el centro de sus preocupaciones filosóficas. Ese cuerpo sigue siendo cristiano, constituido según el formato de más de mil años de civilización, pero tiene potencias fabulosas.
  • Sergio Castrohar citeretfor 8 dage siden
    Desde que el cristianismo y el marxismo ya no gobiernan por completo pero se reparten el mercado de las posibles visiones del mundo, queda un punto de referencia fijo: el cuerpo. No se trata de la idea platónica de un cuerpo partido por la mitad, destrozado, mutilado, dualista, sino el de la ciencia posmoderna: carne viva, fabulosa, sustancial, rica en potencialidades, atravesada por fuerzas aún desconocidas, saturada de poderes todavía no explotados. El arte sirve como siempre a lo sagrado, lo que en apariencia rebasa el contenido de la razón.
  • Sergio Castrohar citeretfor 8 dage siden
    Repolitizar el arte (no con un arte político, en el sentido militante del término) exige la introducción de un contenido capaz de producir un comportamiento comunicacional, según la expresión de Habermas.
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