«Al fin he aprendido —y en ello estoy— que alejado de mi centro soy un extraño, un vagabundo sin rumbo, dejo de ser yo mismo, me desoriento y quedo a merced de la dispersión que me zarandea como un muñeco de trapo desvencijado. Volver a casa es volver al centro, pasar de la dispersión a la atención, del ruido al silencio, de la prisa a la lentitud».
Con un estilo directo y pericia didáctica, el autor, a través de Dan y Miriam, presenta el camino que nos lleva de vuelta a casa hasta nuestra esencia misma y nos conecta con la Fuente. Un camino —la meditación en quietud y silenciamiento— de tradición milenaria, que tuvo su eclosión con los Padres y Madres del desierto de los siglos III y IV, continuando con el nacimiento del monacato occidental, de la mano de Juan Casiano y Benito de Nursia, «La Nube del No Saber», los eremitas del Monte Athos, Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, «El peregrino ruso», y recuperado en la actualidad por John Main o Franz Jalics, entre otros.
Como discípulo y meditador, recoge el legado de quienes considera sus maestros —Main, Jalics y Pablo d'Ors—, concretado en «Amigos del Desierto», para transmitirlo y compartirlo, ofreciendo orientaciones y pautas precisas, con quienes deseen adentrarse en el camino del silencio y la quietud.
La aportación añadida de una guía de lecturas sugeridas y de textos de maestros expertos, constituirán, sin duda, una valiosa ayuda para beber de las aguas originales.