Mi abuelo es mucho más que una novela: es el retrato de toda una generación, la de los nacidos a finales de la década de los sesenta en un mundo en continua transformación, hecho de escay y de formica, de televisión y canción ligera. Mientras describe a esa generación, la autora logra asimismo dibujar con pocos trazos, con las palabras justas, un verdadero retrato familiar, y no sólo de una familia real, la suya propia, sino de otras muchas familias posibles. Matrimonios simples y complejos, desamores, divorcios, sospechas de incesto… Una educación sentimental que va más allá de lo puramente iniciático: la historia de una chica llamada Valérie en medio de abuelos disolutos y abuelas postizas, de tíos y tías de apodos imposibles, de frases y particularidades también familiares que nos hacen soltar una carcajada (aunque no exenta de cierto regusto amargo).