¿Qué debía hacer? ¿Coger sus cosas e irse? ¿A un hotel? ¿Tomar ciertas medidas? ¿Cómo debía actuar un hombre, dadas las circunstancias? Comprendió que lo hecho hecho estaba. Pero no entendía qué es lo que debía hacer ahora. La casa estaba silenciosa, muy silenciosa. Se sentó a la mesa de la cocina y recostó la cabeza sobre los brazos. No sabía qué hacer. Y no sólo ahora, pensó, no sólo en esto, pensó, no sólo a este respecto, hoy y mañana, sino ningún día, en ningún momento, nunca. Oyó un bullicio infantil. Al ver que los niños entraban en la cocina se incorporó y trató de sonreír.
–Papi, papi –dijeron a un tiempo, y Ralph vio sus menudos cuerpos viniendo hacia él a la carrera.