El crítico espera descubrir el significado de la obra de arte, cuando ciertamente el significado del arte se realiza en el lector o en el espectador. La obra de arte —el poema, el cuadro, la sinfonía, la novela— incita al espectador a poner en actividad sus facultades —las intelectuales y las sensibles—, y es esa actividad —que la razón razone, que la imaginación imagine, que la memoria recuerde— la que da a una obra su cualidad artística.