La fe nos proporciona recursos que el dinero es incapaz de ofrecernos. Y esto responde a una sencilla ecuacion: El dinero no puede producir fe, pero tu fe y mi fe pueden producir dinero. La fe despierta la creatividad, abre la puerta del nuevo trabajo, te multiplica las fuerzas cuando decaes, te anima a un nuevo intento luego del aparente fracaso. Por eso, sin fe somos pobres, desventurados y miserables. Las riquezas de este mundo apenas alcanzan para acercarte a veces a lo que estas esperando, pero las riquezas de Dios te sorprendend con lo que nunca esperaste que pudiera ocurrir! Declara sobre tu vida: Soy Rico!