Corre el año 1774 y la guerra con los turcos ha terminado. El capitán de la infantería imperial rusa Vladimir Vataziev acude a la llamada de auxilio de su tío Alexei. Regresa al lugar donde creció después de doce largos años de batallas. Vuelve a Kainengrad. En el principado, las leyendas han cobrado fuerza y una oscuridad desconocida ha conquistado tanto los campos como los corazones de sus antiguos vecinos. El mar Negro es testigo de la maldición que azota a una de las familias más importantes del valle, cuya primogénita ha desaparecido en extrañas circunstancias, al igual que ha ocurrido a toda doncella con el apellido Tagirov durante generaciones. Vlad deberá unirse a Andrei, un monje ortodoxo adicto a la bebida, y Cristiana, la orgullosa chica a quien partió el corazón, para combatir juntos una vez más a las criaturas que moran en las tierras de sombras a los pies de los montes Kharkov. El caballero bizantino no solo deberá temer a vampiros, fantasmas y licántropos; además se enfrentará a sus propios miedos, a la pérdida y a un odio más poderoso que cualquier amor. La cruzada contra las Tinieblas ha comenzado.