La crisis sanitaria será, también, una crisis económica. Pero, más allá, de la evolución, es lo cierto que la crisis sanitaria ha demostrado que la concepción y la estructura del sistema sanitario no estaba definitivamente construida para la operatividad de un sistema en red, pensado para la ejecución no final en el seno de una entidad territorial sino pensado para la ejecución en red, con información común, servicios prestados en diferentes Comunidades Autónomas y que permitan hacer frente a un riesgo general desde una concepción global y no parcial.
La evolución del sistema apunta decididamente a una concepción puramente asistencial, sin elementos de red y sin visión global del fenómeno de la salud que permita la conjunción de las políticas sectoriales y permita asumir una visión general de la salud en un mundo global y con riesgos muy amplios.