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Laird Koenig

La chica que vive al final del camino

  • Jazmín Lozadahar citereti forgårs
    —Hay dos sitios adonde no van los que llevan trescientos años en la isla. No van al psicoanalista y no van a la cárcel.
  • Jazmín Lozadahar citereti forgårs
    —Hasta que… —La niña alzó el índice en gesto de advertencia y adoptó el tono lúgubre apropiado para contar una historia de fantasmas—. Hasta que todos hallaron la muerte, una muerte grotesca, misteriosa y extraordinariamente atroz.
  • Daiyahar citeretfor 6 måneder siden
    Ellos. Mario le había preguntado una vez quiénes eran ellos. Ese era el peligro con el que ambos vivían. Cualquiera podía ser ellos.
  • Daiyahar citeretfor 6 måneder siden
    —Mi querido, queridísimo Mario, no te vayas nunca. ¿Me lo prometes?
  • Daiyahar citeretfor 6 måneder siden
    El juego es para personas que quieren reglas porque tienen miedo de creer en algo en lo que todos los demás ya no creen. Les asusta salir de sus cuatro paredes y hacer algo con su vida. El juego es para personas que quieren que les digan qué hacer.
  • Yaneli Castellanos Ghar citeretfor 10 måneder siden
    Cruzaron miradas fugaces. Una vez más, se había dicho algo que los incluía en un futuro común.
  • Yaneli Castellanos Ghar citeretfor 10 måneder siden
    la casa pronto la llenó de un júbilo tan grande que cerró los ojos en un intento por atrapar esa felicidad, por impedir que el momento pasara.
  • Jeroaméhar citeretsidste år
    —Qué silencio —dijo él, y por primera vez bajó la voz—. Escucha. A veces, desde esta casa se oye el mar. Esta noche solo se oye el viento.
  • Jeroaméhar citeretsidste år
    mientras la luz tenue y temblorosa del fuego empujaba las sombras hacia los rincones
  • Dianela Villicaña Denahar citeretsidste år
    Supongo que debería hacer un esfuerzo, pero la verdad es que no la echo mucho de menos. ¿Tú crees que es muy malvado por mi parte? Y con el paso del tiempo, me temo que sentiré aún menos la pérdida. —No pudo contener una sonrisa mientras se aplicaba protector labial—. No. No la echo de menos, pero la policía parece que… —Dejó la frase en suspenso, pronunció las palabras con deliberada lentitud, como el vaho de su aliento en el aire frío
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