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Salvador Novo

Viajes y ensayos, I

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  • Ivana Melgozahar citeretfor 5 dage siden
    ¿No es esta confusión, este romántico fausticismo, una de las formas cautivadoras y legítimas en que la ciudad escatima su rendición a los extraños, y sólo al precio de conquistarla poco a poco, de cortejarla, de amarla mucho, entrega al fin su rico secreto —recatado y difícil— a quienes la adoramos tal como es?
  • Ivana Melgozahar citeretfor 5 dage siden
    ¿No es esta confusión, este romántico fausticismo, una de las formas cautivadoras y legítimas en que la ciudad escatima su rendición a los extraños, y sólo al precio de conquistarla poco a poco, de cortejarla, de amarla mucho, entrega al fin su rico secreto —recatado y difícil— a quienes la adoramos tal como es?
  • Ivana Melgozahar citeretfor 5 dage siden
    Algún árbol superviviente, respetado, caduco, aislado, nos indicaba que todo aquello —hasta hace tan poco como lo evidenciaba la edad visible de las casas— había sido un jardín, el de la Tabacalera
  • Ivana Melgozahar citeretfor 9 dage siden
    Con fina gracia, la ciudad se cierra, se ataja, las avenidas, con un edificio que lo vale. Así, desde San Francisco (Madero) se puede avizorar el bello oasis del Palacio Nacional; o desde el 20 de Noviembre, la catedral; o desde el 5 de Mayo, el Palacio de Bellas Artes; o desde la Juárez, el Monumento de la Revolución. No nos gusta, como a los yanquis, la monotonía en serie de una avenida, de una calle, sin principio ni fin, de un Main Street. Las rematamos con un broche de oro, y sin duda por eso hubo en la Colonia tantas calles cerradas de esto y de lo otro de las que muchas sobreviven. Una comunicación larga, o las que sean indispensables para vincular armoniosamente a la ciudad, sí, por supuesto.
  • Ivana Melgozahar citeretfor 9 dage siden
    miró al pueblo en el Zócalo amotinarse o exaltarse, manifestar su vida, protestar o aplaudir, reunirse jubiloso o aguardar entre vendimias y llovizna el Grito de la noche patriótica del 15, y el alborear lleno de cohetes del Año Nuevo. Las horas de México —trágicas, dichosas, intensas— siguen sonando, aun ya sin que se les escuche (como un discreto corazón) desde el reloj y desde la desterrada campana del Palacio; y lucen áureas y fervientes desde la catedral. Tianguis, plaza; audiencia, excomunión, gobierno; ajetreo de caballos y coches antes, hoy de mercaderías y automóviles; colmenar siempre, en el Zócalo se labra y acendra y destila la miel de México.
  • Ivana Melgozahar citeretfor 9 dage siden
    Pero aquí las cosas se hicieron a lo grande, y a todo lo largo de su costado oriente se explaya este Palacio Nacional cuya “estatura de niño y de dedal” dejó de ser el calificativo justo que era cuando se lo aplicó en su Suave patria un López Velarde que moriría —tan joven, tan rubicundo en su jacquet— en vísperas de que ese niño creciera un piso y recuperara su tezontle para vestir de gala en cuanto, pasadas las Fiestas del Centenario de la Consumación de la Independencia, en 1921, el reformador, comodino Pani, le puso la mano encima y lo hermoseó entre 1923 y 1926.
  • Ivana Melgozahar citeretfor 3 måneder siden
    Su deseo, que no se expresaba como el de ver una determinada película, sino como el de conocer los locales en que se exhiben aquellas mismas que él ya pudo haber visto, o ir a ver pronto en su tierra, me indicaba sin proponérselo que estos lugares de vasta y pública concurrencia son fundamentales e importantes en la vida de una ciudad, la expresan, la contienen, la manifiestan, la condicionan a tiempo que se subordinan a ella.
  • Ivana Melgozahar citeretfor 3 måneder siden
    Pero al pasar una rápida revista mental por todas estas potencialidades gastronómicas especializadas de nuestra ciudad, me aparecía, de pronto, patente su importancia, su magnitud, su universalidad —y la bendición que representa, a pesar de todos nuestros retobos contra el gobierno—, el hecho de que habitemos un punto singular y privilegiado del planeta en que el chino, y el árabe, y el español, y el polaco, y el rumano, y el francés, y el yanqui, coman todos a su placer, y a nadie le falte, ni muera nadie de hambre; y en donde, si alimentarse en lugares caros es concomitantemente oneroso, es también cumplidamente posible hacerlo en restaurantes y fondas modestas
  • Ivana Melgozahar citeretfor 3 måneder siden
    “Todos tan vanos y tan ricos —asaltó repentinamente mi soliloquio evocativo el recuerdo de aquella frase—, que más de la mitad tenían coche, de suerte que se creía por muy cierto que había en este tiempo en la ciudad más de quince mil coches.”

    La observación, si mi memoria era fiel, la había hecho fray Tomás Gage, y formaba parte de su descripción de esta ciudad de México a principios del siglo XVII.
  • Ivana Melgozahar citeretfor 3 måneder siden
    Mi más vívido recuerdo reconstruyó la infancia de estos transportes —su infancia sencilla, ingenua, elemental, acorde con la primera adolescencia de una ciudad en que jugaban a correr un poco, que iban sin saberlo extendiendo en un desarrollo armonioso; en que eran al par un juguete y un juego—.
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