PREMISA
Hace muchos años, cuando era un muchacho y recibí la enseñanza del Plan Divino por primera vez, pensé:
"¡entonces yo también tengo un plan divino!" y sentí una gran dicha en mi alma, una felicidad inimaginable,
una expansión de conciencia indescriptible, una seguridad, percibí una lógica detrás de cada cosa.
En mi corazón nació la confianza porque ahora sabía que mi vida tenía un sentido, que había un Plan Divino detrás de mi existencia y que ese plan sería mi realización, mi felicidad y mi razón de ser, que realizando mi Plan Divino encontraría mi lugar en el mundo.
Después de estos intensos momentos de conciencia, levanté mis ojos al Cielo y dije desde lo más profundo de mi corazón: «Trabajaré incansablemente hasta hallar mi Plan Divino, la razón de mi existencia, y una vez que lo encuentre lo ejecutaré con alegría y dignidad».
A todas aquellas personas que se sienten inadecuadas en la vida, que se perciben fuera de lugar, que no encuentran una explicación a su existencia, les digo que ellas también tienen un Plan Divino de Perfección y que, si lo quieren, pueden descubrirlo y realizarlo. Así hallarán su lugar en el mundo, su razón de ser en esta vida.
Recuerda siempre las palabras de nuestro Amado Maestro Jesús: «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá".
Entonces, pide tu Plan Divino, búscalo y llama donde tengas que llamar para desarrollarlo, no te rindas,
sigue adelante, esa es la razón de tu existencia.
Cuando una persona está realizando su Plan Divino, tiene la certeza de que lo que está haciendo es lo que está destinado a hacer en su vida.
Realizar su Plan Divino es el grano de arena que dicha persona debe aportar en la evolución del todo.
Recuerda que el Plan Divino está en continua expansión y a medida que lo llevas a cabo y lo vas realizando, la Vida te mostrará la siguiente etapa, porque el Plan Divino es infinito y también lo es tu crecimiento.
Con amor, Raul