Si quieres… lee

es la cantidad de libros que se leen lo que nos amplía el mundo, sino cómo se leen esos libros y qué despiertan en nosotros. E

es la cantidad de libros que se leen lo que nos amplía el mundo, sino cómo se leen esos libros y qué despiertan en nosotros.

En estas mismas páginas aclaró: «Leo como quien pasa. [...] Nunca he podido leer un libro entregándome a él; siempre, a cada paso, el comentario de la inteligencia o de la imaginación me ha interrumpido la secuencia de la propia narrativa».

¡Ay, qué placer
no cumplir un deber!
¡Tener un libro que leer
y dejarlo de hacer!

padre tenía una vasta biblioteca, sobre todo de libros ingleses, y me dijo que yo eligiera lo que quisiera, que no iba a recomendarme nada, que si un libro me resultaba

hábito no hace al monje

Nada hay más peligroso que una idea cuando no se tiene más que una idea»

hombre es un animal crédulo y debe creer en algo

Lo que desagrada de los moralizadores del libro, el saber, el conocimiento, la virtud, etcétera, es que vivan, literalmente, para imponer su moral y su religión.

«La educación literaria es el principal instrumento para alejar a los jóvenes de la buena escritura y en particular de los clásicos»