Brooklyn

casi tuvo una sensación de culpabilidad por haberle cargado con parte de su dolor; después se sintió cerca de él por su disposición a tomarlo y soportarlo, en toda su crudeza, en toda su dolorosa confusión

Y la próxima vez que me digas que me amas, yo...
Eilis se detuvo.
—¿Tú qué?
—Yo también diré que te amo.

—Y bien, ¿qué es lo peor de él? —le preguntó la señorita Fortini.
Eilis pensó unos instantes.
—Me gustaría que fuera cinco centímetros más alto.
—¿Algo más?
Eilis volvió a pensar.
—No.

Después de adquirir las entradas Tony compró palomitas y, para sorpresa de Eilis, no la llevó a la parte de atrás del cine sino que le preguntó dónde quería sentarse y pareció alegrarse de que escogiera asientos del centro, desde donde verían bien la película. Aunque al cabo de un rato le pasó el brazo por los hombros y le susurró un par de veces al oído, no hizo nada más. Después, mientras esperaban el metro, estaba de tan buen humor y tan encantado con la película que Eilis sintió una enorme ternura por él y se preguntó si alguna vez descubriría en él algo desagradable. No tardó en ver, a medida que fueron con más regularidad al cine, que las películas tristes o las escenas duras podían sumirlo en el silencio y la melancolía, encerrarlo en un abatido ensueño del que costaba hacerlo salir. Y si ella le contaba algo triste, su rostro cambiaba, dejaba de hacer bromas y quería hablar sobre lo que le había contado. Nunca había conocido a nadie como él.

—De acuerdo. Lo preguntaré: ¿por qué fuiste a un baile irlandés?
—Porque me gustan las chicas irlandesas.
—¿Cualquier chica?
—No, me gustas tú.

—¿Le has contado a tu madre que habías quedado conmigo?
—No, pero mi hermano se lo ha imaginado y se lo ha dicho. Aunque creo que todos se lo imaginaban. Creo que sonreía demasiado.

—Te vi la primera semana, pero no te quedaste hasta el final, así que te perdiste el todos contra todos, y la semana pasada no viniste.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque te busqué y no te vi.

—Algunas personas son amables —dijo— y si les hablas adecuadamente pueden serlo incluso más.