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Bøger
Mariana Enríquez

El otro lado

  • Pao Gómez.har citeretfor 10 måneder siden
    Además, me parece mal corregir los libros viejos: le pertenecen a su tiempo. Y le pertenecen al autor cuando era más joven, que es una persona diferente.
  • Manu 🌸har citeretfor 23 dage siden
    Tenía que escribir mis obsesiones porque era una necesidad física.
  • Manu 🌸har citeretfor 23 dage siden
    Pensar que la experiencia solo se puede reflejar desde el realismo es un error común y una falta de imaginación grave, la misma que nos hace pensar que el realismo es para adultos y el género –el fantástico, la épica, el terror– para jóvenes y niños, malentendido por el cual los adolescentes leen La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin, una novela sobre la tolerancia, la fluidez de la sexualidad, el estalinismo y las sociedades jerárquicas, y los adultos leemos a Elena Ferrante.
  • Amanda Ríoshar citeretfor 2 måneder siden
    crímenes horrendos, como el de la profesora de inglés Oriel Bryant
  • Almudena Anéshar citeretfor 5 måneder siden
    Todos nosotros somos escritores, amas de casa, patrones y empleados, clandestinos y caretas, sabios y locos
  • Almudena Anéshar citeretfor 5 måneder siden
    Seis cosas hay en la vida: salud, dinero y amor, sexo, droga y rocanrol. El que tenga una de esas que me escriba o que me hable
  • Almudena Anéshar citeretfor 5 måneder siden
    Son diosas falladas
  • Diana Backwardshar citeretfor 6 måneder siden
    De verdad traté de jugar el juego del amor / Y odio perder / Pero quizá de alguna manera pueda ganar / Así que soñaré con ella / Durante mil años.»
  • periodistxhar citeretfor 10 måneder siden
    Kurt en realidad buscó la fama casi desesperadamente, quizá para aliviar su soledad, su sensación de fracaso, su abandono.
  • MonDa AlbBerhar citeretsidste år
    Conocí Nueva York hace cuatro meses: viajé invitada por un festival de literatura, el PEN America. La ciudad me decepcionó. Era lo predecible porque Nueva York es un territorio de la imaginación y para mí ese territorio era The Bowery en los setenta, Union Square según la canción de Tom Waits, el Queensboro Bridge en Manhattan, de Woody Allen, las fotos del subte de Bruce Davidson, los obreros comiendo su almuerzo en las alturas mientras construyen un rascacielos, el edificio Radiator de la pintura de Georgia O’Keefe, el Upper West Side de El bebé de Rosemary, King Kong y el Desayuno en Tiffany’s, y el porno en Times Square y los ojos de Diane Arbus. No había mucho que la ciudad actual pudiera hacer pa
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