Muchas personas dicen: ‹creo que no podría hacer frente a la vida sin creer en un dios justo y bondadoso›. La impresión que me da esa manera de creer en Dios, es que está expresando, en realidad, una falta de fe. La palabra creencia (belief) en inglés proviene de la raíz anglosajona lief, que significa desear. De manera que creencia significa, en realidad, un deseo intenso. (...) si verdaderamente tenemos fe, no necesitamos de la creencia, pues la fe es una actitud totalmente diferente de la creencia.
La fe es una actitud de apertura o de confianza. Tener fe es algo así como ‹confiarse› al agua. Uno no trata de aferrarse al agua cuando nada, porque si se pone rígido y tenso cuando nada, se hunde. Hay que relajarse. De tal manera, la actitud de la fe es lo radicalmente opuesto a aferrarse. En otras palabras, una persona que sea fanática en religión, que necesite creer sin más ni más ciertas proposiciones referentes a la naturaleza de Dios y del Universo, es una persona que en modo alguno tiene fe; está aferrándose (Pág.25)23