Tienes que mirar

Me enseña unos ejercicios de respiración simples pero efectivos para calmarme y bajar la frecuencia del pulso (el secreto es sencillo: la exhalación debe ser mucho más larga que la inhalación), así como para relajar la musculatura (también es fácil: para relajar los músculos, primero hay que tensarlos al máximo).

—El niño… ¿El niño se…? ¿Se muere directamente en brazos de sus padres? ¿Sin médicos? —pregunto.

—No hacen falta médicos para morir.

Sonríe con toda la cara:

Entonces abre los pequeños brazos repentinamente, como si intentara abrir unas alas invisibles en el vacío. Como si quisiera volar. Lo cojo en brazos y susurro: no tengas miedo, no tengas miedo. No te voy a dejar ir a ninguna parte. Te estaré mirando.

siento que estoy viva. Y que estoy mejor.

devolverle al paciente sus emociones»

Me advierte que trabaja con ataques de pánico, no con la «pérdida», por lo que en nuestro caso será un tratamiento de la sintomatología.

Llega y me saca del fondo

Esta naranja será tu alegría. Cuando te sientas triste, apriétala en la mano. Y esta lila representa la confianza en ti misma. Si dudas de tu inteligencia o de tu belleza, cógela, así… Esta azul, en cambio, es tu fu

No quiero distraerme. No quiero «olvidarme de eso cuanto antes». Quiero recordar. Quiero hablar de mi hijo muerto.