Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos

En uno de sus microlitos (piedrecillas o aforismos), Paul Celan escribe: «Hay ojos que van al fondo de las cosas. Que divisan un fondo. Y hay otros que van a lo profundo de las cosas. Ésos no divisan ningún fondo, pero ven más profundo».

Ese puente comunica las Doce tesis sobre los muertos de John Berger con las Tesis de la filosofía de la Historia de Walter Benjamin. Y muy en concreto, la duodécima de Berger con la segunda de Benjamin, allí donde se enuncia la asociación causal entre redención, felicidad y memoria.

Este siglo, con toda su riqueza, con todos sus medios de comunicación, es el siglo del destierro generalizado

Al hijo del campesino, por ejemplo, podría parecerle que la autoridad tradicional del padre es más opresivamente absurda que cualquier caos. La pobreza del pueblo puede resultar más absurda que los crímenes de la metrópoli.

No por nostalgia, sino porque es en el lugar de la pérdida donde nacen las esperanzas.

Recordar es convocar el pasado

Cuando lloramos la muerte de alguien, lo que lamentamos es la pérdida de sus esperanzas.

A veces me gustaría escribir un libro

todo un libro acerca del tiempo

acerca de su inexistencia

de cómo el pasado y el futuro

son un presente eterno.

Creo que todas las personas —las que viven

las que han vivido

y aquellas por vivir todavía están vivas.

Quisiera desarmar el tema

como un soldado que desmontara su fusil.

escribió Yevgeny Vinokurov.

Vi el futuro del mismo modo que veía el ciego su camino cuando bajaba al pueblo.

Estos cinco hombres, con sus amores, sus hijos, sus canciones y su memoria anatolia, no se dejan engañar.