Naturalmente, esperar que una madre sea perfecta explica esa ansia de perfección que mueve a las madres tildadas de «narcisistas» o «entregadas en cuerpo y alma», esas que creen que la totalidad de la creación está cifrada en su bebé, y que debe ser, por tanto, intachable. O, por decirlo con otras palabras, si les estamos pidiendo a las madres que sean perfectas, ¿cómo vamos a evitar que ellas mismas le pasen esa demanda al hijo? Así, toda madre que siga al pie de la letra este dictado no estará sino cumpliendo de manera perversa las exigencias del papel que se le otorga.