La Regenta, Madame Bovary, Anna Karenina… la mayor parte de las heroínas que se atreven a cuestionar los mandatos de género y se rebelan contra la opresión de las mujeres se encuentran con finales turbios como la muerte, la cárcel, la enfermedad o la soledad. Los narradores son hombres en su mayoría, y son casi todos implacables: las mujeres desobedientes de sus historias son castigadas para que no cunda el ejemplo.