. La primera categoría restringe, confina y debilita la libertad, la capacidad de elección y la individualidad del sujeto, enfocando y canalizando su conciencia y su atención hacia un patrón forzado y, a menudo, basado en el sentimiento de culpa y de inferioridad del sujeto. La segunda categoría abre, fortalece y libera por medio del refuerzo de la imaginación, la emoción y el afecto.