Los Rojos Camaradas

Nadie termina nunca de irse. Nos dejan algo por dentro y eso es tan grande que es imposible desaparecerlo

Todavía no he decidido su nombre oficial porque apenas tiene siete años y los nombres deberían elegirse por ahí de los ocho, cuando uno ya sepa si tiene el talento suficiente para ser una Porfiria o un Fulgencio

Cuando me dijeron que Tomatías estaba muerto me extrañó que esa mañana sí hubiera salido el sol.

Todos nos vamos, pero mientras vivimos dejamos trozos de nosotros mismos en las cosas, en la gente.

Ana. Nada más tiene tres letras y una está repetida. ¡A quién se le ocurre!

Cada quien es único. Pero dentro de nosotros viven pequeñas flamas de muchos, muchos que se han ido. Por eso la muerte no es tan mala como se cree, es solo un paso más en el camino. No el último, aunque sí el que más asusta porque lleva a lo desconocido, pero ni tú ni yo le tenemos miedo a lo desconocido, ¿verdad? —Me sonrió.

Cada quien es único. Pero dentro de nosotros viven pequeñas flamas de muchos, muchos que se han ido. Por eso la muerte no es tan mala como se cree, es solo un paso más en el camino. No el último, aunque sí el que más asusta porque lleva a lo desconocido

Cuando me dijeron que Tomatías estaba muerto me extrañó que esa mañana sí hubiera salido el sol

Así que pon atención y fíjate bien fijado que no todos son capaces de seguir las huellas de los que se fueron

Todos los funerales deberían ser como el de mi conejo. Tendríamos que organizar una carrera y a ver quién encuentra más señales del que se fue.