El camino al éxtasis

Como dice Rumi: «Tu tarea no es buscar el amor sino encontrar dentro de ti todas las barreras que has construido contra él».

El camino al éxtasis pasa por aceptar la realidad tal como es, volver al cuerpo, recuperar nuestra capacidad de sentir y aprender a estar presentes tanto en el dolor como en el placer

Ahora te toca a ti. Seguro habrá mucho por hacer –la vida es un aprendizaje constante–, pero si estás centrado, todo sale de una manera más natural y sencilla. Y se disfruta el camino

La plenitud relacional tiene que ver con estar feliz con o sin ella, con establecer relaciones de calidad, aunque sean pocas, y con estar feliz con tu capacidad para relacionarte y con tus habilidades sociales

Es necesario dedicar tiempo a la gestión de nuestras emociones y comprometerse hasta sentir que uno mismo se sabe acompañar, esté donde esté

un modelo de sociedad responsable, dueña de sus propios dolores, que sabe qué hacer cuando experimenta emociones y se presentan desafíos que alteran nuestros sistemas nerviosos

No se puede ir por la vida en modo automático, porque al final te quiebras. Necesitamos estar conectados a nuestro mundo interior. ¡La vida va por dentro! Y desde dentro hacia fuera se manifiesta. Aprender a gestionar cada una de las cosas que nos ocurre es una necesidad elevada al cuadrado

La energía sexual es vida y crea vida, nos aporta apertura y vitalidad.
¿Cómo podemos aumentar nuestra energía sexual? Entre muchas otras cosas, a través del ejercicio físico, el baile y los ejercicios tántricos

Para empezar, levantarse en medio de ese silencio es algo muy íntimo. Es mi momento del día de quietud, para cultivar ese silencio tan necesario. Puedo meditar, hago mis ejercicios para cultivar mi energía sexual (luego te cuento), a veces voy al gimnasio, a veces ordeno la casa (sí, mi momento de fregar los platos suele ser a las siete de la mañana), desayuno como una reina, y organizo el día, dándome tiempo para responder mails y WhatsApps acumulados.¡A las diez de la mañana ya he vivido media vida! ¡Es una maravilla!

Además, no podía sacar todo el tiempo que quería y necesitaba para cultivar el silencio y la quietud, tan importantes para la realización personal