Angélica Gorodischer

Trafalgar

  • Ana Saenzhar citeretfor 2 måneder siden
    Porque hay cosas que no se pueden contar —dijo Trafalgar ese día de tormenta—. ¿Cómo las decís? ¿Qué nombre les ponés? ¿Qué verbos usás? ¿Habrá un idioma apropiado para eso? ¿No más rico, no más florido, sino que tenga en cuenta otras cosas? Estuve en un mundo sin nombre, cubierto de selvas y de pantanos, lleno de animales monstruosos que no me llevaban el apunte, y en un claro de la selva, en una casa de madera blanca con tela metálica en las ventanas y una veleta en la cumbrera, había un hombre sentado en la galería frente a una mesa tomando té. Me senté con él y sirvió té para mí. Después volví a casa. Eso es todo.
  • Ana Saenzhar citeretfor 2 måneder siden
    Clientes siempre hay. Señoritas sentimentales tirando a maduras porque las otras no pierden el tiempo leyendo, que compran finales alegres en novelas tristes, o padres primerizos que son una fija para enciclopedias.
  • Ana Saenzhar citeretfor 2 måneder siden
    Creo que no solo todos, en todas partes, tenemos conciencia sincrética del tiempo, sino que también en todas partes coexisten las infinitas variantes de lo que ha sucedido y va a suceder y sucede, y que quizás en algunos puntos y en algunos instantes se entrecruzan y crees recordar algo que no has vivido nunca o que podrías haber vivido o que podrías vivir y no vas a vivir, o como en mi caso con el cuenco, que llegas a vivir si se da la casi imposible coyuntura, no me animo a llamarlo casualidad, de dos entrecruzamientos en los que estás presente. Es un recuerdo, porque en alguna o en algunas variantes del tiempo ya lo viviste o lo estás por vivir, que es lo mismo. Y no es un recuerdo, porque a lo mejor en tu línea de variantes eso no ha sucedido ni va a suceder nunca.
  • Ana Saenzhar citeretfor 2 måneder siden
    Entonces resignate y andá a la biblioteca Argentina a leerlos a los líricos griegos como Francisco. Total, los médicos no entienden por qué se enferma y por qué se cura la gente y los electricistas no entienden la electricidad y los matemáticos no entienden el cero. Además, ¿para qué querés vos entender el tiempo?
  • b6937362469har citeretsidste år
    hubiera hablado del embarazo de su mujer que debe ser una vieja arrugada y más escuálida que él, ¿y cómo sé yo si Las Mil tienen una misma fisiología que las mujeres comunes? ¿Cómo sé si no las alteran? ¿Cómo sé si pueden o no quedar embarazadas? ¿Y si pueden, cómo sé si la Lapislázuli quedó embarazada esa noche? ¿De Mandrake? ¿Cómo sé si Las Mil no son máquinas ellas también y si no la han fusilado o algo peor a la hija del flaco igual que a todas las que aspiraron a ser como ellas, cuestión de quedarse con la plata y seguir haciendo el amor con otras máquinas?
    —Vos estuviste en la cama con ella, Traf. ¿Era una mujer?
    —Sí. Creo que sí.
    —Lástima —le dije—. Si fueran máquinas no tendrías por qué volver a Veroboar.
    Pagué, nos levantamos y nos fuimos. Cuando salimos, había dejado de llover.
  • b6937362469har citeretsidste år
    me hubiera hablado del embarazo de su mujer que debe ser una vieja arrugada y más escuálida que él, ¿y cómo sé yo si Las Mil tienen una misma fisiología que las mujeres comunes? ¿Cómo sé si no las alteran? ¿Cómo sé si pueden o no quedar embarazadas? ¿Y si pueden, cómo sé si la Lapislázuli quedó embarazada esa noche? ¿De Mandrake? ¿Cómo sé si Las Mil no son máquinas ellas también y si no la han fusilado o algo peor a la hija del flaco igual que a todas las que aspiraron a ser como ellas, cuestión de quedarse con la plata y seguir haciendo el amor con otras máquinas?
    —Vos estuviste en la cama con ella, Traf. ¿Era una mujer?
    —Sí. Creo que sí.
    —Lástima —le dije—. Si fueran máquinas no tendrías por qué volver a Veroboar.
    Pagué, nos levantamos y nos fuimos. Cuando salimos, había dejado de llover.
  • b6937362469har citeretsidste år
    me hubiera hablado del embarazo de su mujer que debe ser una vieja arrugada y más escuálida que él, ¿y cómo sé yo si Las Mil tienen una misma fisiología que las mujeres comunes? ¿Cómo sé si no las alteran? ¿Cómo sé si pueden o no quedar embarazadas? ¿Y si pueden, cómo sé si la Lapislázuli quedó embarazada esa noche? ¿De Mandrake? ¿Cómo sé si Las Mil no son máquinas ellas también y si no la han fusilado o algo peor a la hija del flaco igual que a todas las que aspiraron a ser como ellas, cuestión de quedarse con la plata y seguir haciendo el amor con otras máquinas?
    —Vos estuviste en la cama con ella, Traf. ¿Era una mujer?
    —Sí. Creo que sí.
    —Lástima —le dije—. Si fueran máquinas no tendrías por qué volver a Veroboar.
    Pagué, nos levantamos y nos fuimos. Cuando salimos, había dejado de llover.
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