Diego, superviviente del holocausto que diezmó la etnia asháninka, en la Amazonía peruana, llevado a cabo por Sendero Luminoso entre 1989 y 1992, es adoptado, a la edad de cinco años, por Bernardo y Alicia, matrimonio de clase alta residente en España. A partir de ahí, Más allá de la tristeza cuenta, a través de los testimonios en primera persona de cada uno de ellos, los intentos de construcción de una familia y de integración de Diego en una sociedad poco dispuesta hacia el diferente.
La novela penetra en el interior de sus conciencias y muestra el dolor que la infertilidad causa a una pareja, la cara menos vistosa de las adopciones internacionales de niños de otras razas, las relaciones entre estos y sus padres, los estragos que el abuso infantil y el acoso escolar producen en la personalidad de un adolescente, sus consecuencias en la edad adulta y, también, la redención a través del perdón y el amor.
En Más allá de la tristeza, con una prosa ágil y hondura psicológica, la autora diseña un abanico de sentimientos en los que el amor, la lealtad, el desengaño, la inocencia, la malicia, la soledad, la culpa y la nostalgia condicionan las vidas de sus personajes y los hace evolucionar, aspecto este que define el núcleo central de la materia literaria.