estaba soñando que paseaba por el Bosque Retorcido, mientras perseguía una mariposa blanca iridiscente; su esqueleto brillaba a través de una piel fina, casi translúcida. En el momento justo, cuando ella cerraba la mano para aprisionar su pequeño cuerpecito, la mariposa fue atraída hacia el cielo por una fuerza invisible. Pero cuando miró de nuevo hacia abajo, su corazón latiente estaba todavía entre sus manos.