En el archivo de Silvio Zavala, ubicado en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, se encuentra la correspondencia con su maestro a partir de 1937. Cartas y testimonios que ahí se conservan muestran las difíciles circunstancias en las que se desenvolvía la vida de Altamira, la lucidez y entereza con las que asumió los acontecimientos y también el esmero con el que el discípulo atendió los requerimientos del maestro. Desde México, Estados Unidos y los países de Hispanoamérica por los que viajaba para realizar sus investigaciones, Zavala le proporcionó la información que requería para sus trabajos y promovió su publicación; también procuró medios para hacer posible la salida de don Rafael y su esposa, a fin de que llegaran a México, donde encontraron a la familia y donde el historiador alicantino halló merecido reconocimiento.
El exilio político que sufrió Rafael Altamira fue compensado por la gratitud de quienes, como Silvio Zavala, hicieron posible la continuidad de su labor intelectual. De ahí el título de este libro.