Debbie no quiere tener nada que ver con el mundo de las animadoras y los futbolistas, más que nada porque su madre fue capitana de animadoras y su padre capitán del equipo de fútbol. Una historia de amor de las que hizo historia y que se sabe de memoria.
Ella no quiere seguir los pasos de su madre, quiere ser ella misma aunque sabe que la única forma de comprender a su progenitora es acabar en la fraternidad de animadoras rodeada de pompones.
No piensa seguir sus pasos por nada del mundo… pero ella no contaba con que una noche loca en la que un beso inesperado le hizo acariciar el cielo, acabaría siendo el comienzo de su amistad con Neill… capitán del equipo de fútbol.
Por suerte solo son amigos y no siente nada cuando le serie de medio lado, ni cuando sus penetrantes ojos marrones la miran con tanta calidez, ni cuando su culo perfecto se pone ante su visión….nada de nada, de nada… ¿nada?