Francisco Tario,Isidro Esquivel

Entre noches y fantasmas

  • Kary Lorenzohar citeretsidste år
    De entre todas mis memorias y lecturas no logré recordar nada semejante, ni una sola situación que pudiera equipararse a la mía en aquella tibia noche de otoño.
  • Kary Lorenzohar citeretsidste år
    Casi nadie la recordaba; era lo cierto. Y por eso moría.
  • Kary Lorenzohar citeretsidste år
    Resultaba muy desconsolador evocar hoy la enternecedora escena, dentro de un alto y silencioso cuartito, en un hotel desconocido.
  • Kary Lorenzohar citeretsidste år
    Aun lo invisible tenía su fin, moría.
  • Kary Lorenzohar citeretsidste år
    Y en esta atmósfera de oro, que desde el exterior parecía palparse, vagaba sin cesar, ilusionada, dejando escapar el tiempo, olvidándose del tiempo, sintiéndose gratamente imperceptible, curiosamente insignificante, inclinándose sobre las flores, dejándose traspasar por el sol, soñando en morir nuevamente, deseando morir todavía más, desvanecerse a la ventura y adquirir así otra forma aún más leve de vida, para así gozar mejor de su jardín y de su casa.
  • Kary Lorenzohar citeretsidste år
    Y no sabía por qué decidirse, si le diesen a elegir, si por morir rotundamente y olvidarlo todo, o acumular ciertas memorias, ordenarlas y clasificarlas, a fin de revivirlas de nuevo y formar con ellas una segunda vida toda hecha de memorias.
  • Kary Lorenzohar citeretsidste år
    Ninguna novedad le ofrecían estos libros; los conocía todos. Mas no dejaba de ser importante volver a pasar la vista sobre un objeto tan conocido cuando las cosas han variado tanto.
  • Kary Lorenzohar citeretsidste år
    Mas en otro tiempo persistía en la casa, aun durante las más calladas tardes, un fastidioso rumor, como si la casa entera se llenara de hojas, y que era, hoy lo comprendía, el aliento vivo de su casa, porque entonces su casa vivía, era ella, y el vivir nunca es silencioso.
  • Kary Lorenzohar citeretsidste år
    Aquella intimidad de su casa, los olores de su jardín, el pálido resplandor de los espejos, tanta cosa familiar y querida, envuelta ahora en un conmovedor misterio, proporcionábanle las mejores horas de su muerte, como en otro tiempo le depararan los momentos más inolvidables de su vida.
  • Kary Lorenzohar citeretsidste år
    ¿Qué otra música mejor y más suave que la de esas limpias hojas que nacen y mueren en el árbol, y que después caen y vuelven a vivir de nuevo, tan pronto empieza a soplar un poco de viento?
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