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Mercedes Halfon

Diario pinchado

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  • Josué Osbournehar citeretfor 11 dage siden
    Sábado 30, tarde

    ¿Cómo puede fugarse todo ese aire por un orificio del tamaño de un alfiler?
  • Josué Osbournehar citeretfor 11 dage siden
    Sábado 30, tarde

    ¿Cómo puede fugarse todo ese aire por un orificio del tamaño de un alfiler?
  • Josué Osbournehar citeretfor 11 dage siden
    Martes 26 de mayo, Kreuzberg

    Salí sola. Compré en una librería una postal de Walter Benjamin. Es la clásica foto blanco y negro en la que está mirando hacia abajo y tomándose la pera con una mano en la que tiene un cigarrillo encendido. La vendedora no hablaba inglés, yo no hablo alemán, nos entendimos con sonrisas. Era mediodía y caminé bastante hasta llegar a un bar que me resultó agradable. Me senté a leer en una mesa en la vereda, con las piernas cubiertas con una de las mantas de polar que amablemente dejan ahí. Cuando el sol se escondió tras unas nubes plomizas, pedí la cuenta
  • Josué Osbournehar citeretfor 18 dage siden
    Es que la poesía nunca me pareció algo fácil, como no es fácil el amor, ni mucho menos la distancia, aunque estos sean los temas de la poesía por excelencia
  • Maggiehar citeretfor 9 måneder siden
    Ahora me doy cuenta de que el regalo quería decir: Arreglate sola. Finalmente lo hacía.
  • Maggiehar citeretfor 9 måneder siden
    Existieron escuadrones de mujeres, las Trümmerfrauen
  • Maggiehar citeretfor 9 måneder siden
    Es el número de una rifa, con el 321 impreso en violeta. Miré la cifra y pensé que parecía un conteo, lo previo a un gesto, un grito, una explosión
  • Maggiehar citeretfor 9 måneder siden
    Sacudió la cabeza como diciendo siempre igual
  • Maggiehar citeretfor 9 måneder siden
    El S-Bahn nos dejó a pocas cuadras. Fuimos por un camino que Franziska conocía; me dijo que la entrada estaba algunos metros más allá. El entorno iba volviéndose menos urbanizado, hasta que llegamos a las puertas del bosque. Íbamos con dos mochilas cargadas a tope. Comida y bebida para un picnic, mantas para recostarnos, libros y una cámara de fotos que sacaba de la casa por primera vez. Era el día más caluroso desde que había llegado a Berlín; me toqué la parte de arriba de la cabeza y estaba hirviendo. Pero al entrar al bosque, los árboles habían detenido el sol y el aire se tornaba perfumado y húmedo. Caminamos lentamente escuchando el sonido de nuestras zapatillas contra la tierra. Un sonido seco pero mullido
  • Maggiehar citeretfor 9 måneder siden
    intentar que se diluya mi malestar en el lago, como un cubito de hielo
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