Tita Valencia

Minotauromaquia

  • Berenice Torreshar citeretsidste år
    Decía Kierkegard que “el amor es la expresión del que ama, no del amado”.
  • Renata Uribehar citeretsidste år
    Admito que no fue tu culpa. Pero sí fue tu culpa.
  • Lizbeth Phar citeretsidste år
    Entonces, comprendo y acepto nuestro amor, esa historia de la nada entre encuentro y encuentro, esos viajes fuera del espacio y del tiempo, esa deriva sin fin en las tinieblas flotantes, esa cesación del movimiento y de la dirección del movimiento, ese fracaso de la voluntad, esa insonora música de las esferas, esa lucha ciega contra lo amorfo, esos pasos en el vacío y ese vacío en que dar pasos ya no significa nada y a nada conduce
  • paula Ohar citeretfor 2 år siden
    Más forjado por la ira que por la ternura, me decías que el crimen se justifica porque viene a modificar lo inhabitable.
  • Ab Luna Abundishar citeretfor 5 år siden
    Recuerdo cuando llegaste a la conclusión de que la fidelidad no es una premisa sino una consecuencia
  • Ariadna Matushar citeretfor 23 dage siden
    Son mil y una noches para mil y una treguas a la decapitación, son mil y una oportunidades de fascinar la venganza acordada. ¿Cómo? Desdoblando facetas narrativas: soy niña, soy mujer, soy ligera, graciosa, entretenida, sabia, ingenua, madre, prostituta, anecdótica, monjil, pasional, descriptiva, mística. Hasta la sinceridad de un examen de conciencia es un recurso eficaz, porque da pie a una serie de rectificaciones. Recurso, al fin y al cabo. Il y en a de tous les couleurs en este instinto de conservación esclavista.
  • Ariadna Matushar citeretfor 23 dage siden
    Pero sí sé del complejo de Scherezada cuando, noche a noche, la oscura amenaza de tu silencio me violenta a jugarme la vida en una carta fantasiosa y última. Fantasiosa como un brocado oriental de circunstancia, entreverada con tal arte e inteligencia que hasta la verdad luce seductoras galas de mentira: he de omitir mis penas para engrandecer las tuyas con un consuelo desproporcionado; he de asegurarte que mi profesión pianística –la que vine a perfeccionar en este exilio parisino– solo importa en la medida en que sea una agradable música de fondo para la tuya; he de resarcirte, no del daño que no te he hecho, sino del que te hicieron amores precedentes… Y no se diga del que tú me infliges. He de reivindicar ante ti al abominable género femenino.
  • Ariadna Matushar citeretsidste måned
    . No sé cómo, no sé cómo se logra transfigurar el dolor en fuerza motriz; su creciente devastación, en aliento.
  • Ariadna Matushar citeretsidste måned
    Y que de nada puede prescindir tan fácilmente la verdad como de la mise­ricordia.
  • Ariadna Matushar citeretsidste måned
    Más adelante, cuando acompañando aquel poema de Aquiles y la tortuga, me pedías perdón:
    “Para perdonarte necesito cargar tu cuenta a la mía. Para perdonar al prójimo necesito reconocer que carece de los fondos que a mí me sobran, asumir sus deudas y constituirme en aval único de sus desfalcos.”
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