Un creador que aborda sus trabajos con modestia, como quieren Gordon Cullen o Jane Jacobs, reduce sin duda la tensión entre hacer y habitar. Pero ambos evitarán asumir riesgos. Es cierto que la voluntad asertiva, creativa, despojada de modestia, está llena de fuego, pero cabe preguntarse si un urbanismo más sensible, cooperativo y autocrítico no podría desplegar la misma energía.