La soledad del corredor de fondo es un inquietante y tierno relato, en el que la dignidad del vencido se pone de manifiesto frente al poder del opresor. Colin Smith, un joven con talento para el atletismo que cumple condena por diversos hurtos en un reformatorio, toma contacto durante su internamiento con el deporte de las carreras de fondo. Allí, todas las mañanas, se le permite salir a correr con el fin de prepararse para ganar una prestigiosa carrera, trofeo que el gobernador del reformatorio quiere ganar a toda costa. La obra fue adaptada al cine con éxito en 1962, en una película dirigida por Tony Richardson