—Quería regalarte algo. Y para alguien que ama tanto el orden como tú, pensé que el James es una buena elección.
—¿El James?
—Es el nombre de ese modelo.
—¿Me regalas un bolso que tú mismo has bautizado con tu nombre?
—Yo no lo he llamado así, fue mi madre. Hay también un Lydia. Y otros que se llaman como mis padres. Pero el Lydia es demasiado pequeño para ti y el Mortimer, demasiado grande. Además, me gustaba la idea de verte pasear por la escuela con el James.