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Bøger
Rosana Guber

La etnografía

El método etnográfico consiste en animarse a abandonar la comodidad de una oficina y meter los pies en el barro del terreno, a fin de entender cómo vive y piensa, siente y cree un grupo humano. Para lograrlo, el etnógrafo deberá comparecer en persona ante los miembros de ese grupo y sostener un contacto prolongado con ellos, conversando y compartiendo actividades sociales tan variadas como cocinar, bailar o jugar al fútbol, siempre que sus condiciones de género, edad, grupo étnico y competencia general lo hagan admisible. ¿El secreto? Mantener el delicado equilibrio entre observar y participar.

En este libro, Rosana Guber revisa los elementos básicos de este enfoque, empezando por el lugar de la problemática y fructífera relación entre el investigador y los “nativos”, esos “otros” siempre exóticos y familiares a la vez. Así, explica la incidencia de los prejuicios y la laboriosa construcción de la confianza mutua, y describe aspectos clave de la investigación etnográfica: las formas de registro, los distintos tipos de entrevista y la decisiva instancia de la escritura.

Tal vez porque pone en evidencia la medida humana del proceso de conocimiento, la etnografía brinda a quienes indagan la vida social, y no sólo a los sociólogos y antropólogos, una potencia de comprensión que no ofrecen otros recursos disponibles en el repertorio de métodos de las ciencias sociales.
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Oprindeligt udgivet
2019
Udgivelsesår
2019
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Citater

  • ROBERTA PRISCILA CEDILLO HERNANDEZhar citeretfor 13 minutter siden
    En suma, esta historia muestra que, si bien el trabajo de campo se mantuvo fiel a sus premisas iniciales, los etnógrafos fueron reconceptualizando su práctica, dándole nuevos valores a la relación de campo. En términos del antropólogo brasileño Roberto da Matta, la tarea de familiarizarse con lo exótico terminó por exotizar lo familiar. El investigador fue el principal beneficiario de este proceso.
  • ROBERTA PRISCILA CEDILLO HERNANDEZhar citeretfor 14 minutter siden
    Estudiar la propia sociedad tiene, pues, varias ventajas: el antropólogo nativo no debe atravesar los a veces complicados vericuetos para acceder a la comunidad ni demorar su focalización temática; no necesita aprender la lengua nativa que un extraño conocerá, de todos modos, siempre imperfectamente (Nukunya, cit. en Aguilar, 1981:19). Además, su pertenencia al grupo no introduce alteraciones significativas, lo cual contribuye a generar una interacción más natural y mayores oportunidades para la observación participante. El antropólogo nativo rara vez cae presa de los estereotipos que pesan sobre la población, pues está en mejores condiciones para penetrar la vida real, en lugar de dejarse obnubilar por las imágenes idealizadas que los sujetos suelen presentar de sí (Aguilar, 1981: 16-21).
  • ROBERTA PRISCILA CEDILLO HERNANDEZhar citeretfor 32 minutter siden
    La historia del trabajo de campo etnográfico se asocia, en antropología, al estudio de culturas exóticas, y en sociología, a segmentos marginales de la propia sociedad. Aquí nos ocuparemos de la tradición antropológica británica y norteamericana que, por su posición académica dominante, modeló la práctica etnográfica en las demás ciencias sociales durante el siglo XX.

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