Alan Sillitoe

La soledad del corredor de fondo

  • Julio César Contreras Pérezhar citeretfor 5 måneder siden
    todo lo que yo sabía era que tenías que correr, correr, correr, sin saber por qué estabas corriendo en realidad
  • Julio César Contreras Pérezhar citeretfor 5 måneder siden
    todo lo que yo sabía era que tenías que correr, correr, correr, sin saber por qué estabas corriendo en realidad
  • Julio César Contreras Pérezhar citeretfor 6 måneder siden
    mientras voy descendiendo, en mi sesera no hay ningún pensamiento ni una palabra ni una imagen. Estoy vacío, tan vacío como lo estaba antes de nacer, y no me abandono, supongo que porque, haya lo que haya en mi interior más profundo, ese algo no quiere que me muera ni que me haga daño de verdad.
  • Julio César Contreras Pérezhar citeretfor 6 måneder siden
    cuando alrededor de mí no se ve ni un alma ni se oye nada salvo el relincho de un potro picazo en el establo de una granja que no llego a ver, llegan a mi mente los pensamientos más profundos y alocados.
  • Julio César Contreras Pérezhar citeretfor 6 måneder siden
    s un lujo ser un corredor de fondo, ahí fuera, solo en el mundo, sin un alma que te ponga de mal humor o te diga qué tienes que hacer
  • Tess Pedrohar citeretsidste år
    Todo esto me hizo pensar muy en serio lo negro que a veces se ven las cosas. El saco negro de carbón que uno lleva metido en su interior
  • Tess Pedrohar citeretsidste år
    Se había arrojado contra el cristal y había caído como una piedra en la calle. Por un lado yo sentí que lo hubiera hecho, pero por otro estaba contento porque le había demostrado a los polis y a todo el mundo que al final su vida le pertenecía a él, como tiene que ser. Era inexplicable, en cualquier caso, que esos lerdos hijos de puta le hubieran puesto en una habitación de un sexto piso; todavía mejor que si le hubieran plantado un árbol delante con la soga ya colgada
  • Tess Pedrohar citeretsidste år
    Era diferente a la cara sombría que pone mi viejo, y supuse que por eso mismo mi viejo no se ahorcaría nunca —mala suerte—, porque en mi vida le había visto en la jeta una expresión como la de este tipo. La mirada de mi viejo se queda fija en uno, de modo que lo mejor que puedes hacer es alejarte y salir volando de la casa; la mirada de este tipo te atravesaba, así que podías mantenerla y saber que no te haría daño. Entonces vi que mi padre nunca se ahorcaría porque nunca lograría la expresión adecuada en la cara, a pesar de haber estado sin trabajo con mucha frecuencia. Quizá mamá tendría que dejarle primero, y entonces igual lo haría; pero no —negué con la cabeza—, no había muchas oportunidades de que ocurriera aunque la suya fuera una vida de perros.
  • Tess Pedrohar citeretsidste år
    Llevaba años comiendo solo, pero aún no se había acostumbrado del todo a la soledad. No conseguía acostumbrarse, sencillamente: se había adaptado a ella solo temporalmente con la esperanza de que un día se rompiese el hechizo.
  • Tess Pedrohar citeretsidste år
    Así que nos pusimos a silbar The Teddy Boys Picnic
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