Un viejo gato gris mirando por la ventana
- Copyrightindehaver
- Bookwire
- Oprindeligt udgivet
- 2014
- Udgivelsesår
- 2014
Vurderinger
- Araceli Barrera Díazhar delt en vurderingfor 3 år siden
👍Værd at læse🔮Overraskende🎯Læseværdig🐼Vildt sødBuscando un libro para regalar a un pequeño que anda atravesando el fin de la infancia, di con este libro. Como siempre, un placer leer a Antonio Malpica, una historia profunda, contada por personajes tan cotidianos como nosotros mismos. Todo momento es una promesa, este libro es una promesa.
- vmidobuchehar delt en vurderingfor 4 år siden
👍Værd at læse🐼Vildt sød“... la vida, como la conocemos, es una falacia, y la búsqueda de la felicidad tiene que iniciarse poniendo la vista en horizontes muy distintos a los acostumbrados.”
Mario es un niño muy observador, tiene 11 años y vive con sus papás en una casa en donde no le falta nada, ¡hasta chofer tiene y le dicen Torreblanca! En su camino a la escuela siempre ve a un sonriente limpiaparabrisas, por lo que Mario ha decidido averiguar que lo hace tan feliz.
Un libro sencillo y muy emotivo que nos habla sobre la felicidad y lo que es realmente importante. El hecho de que la historia esté contada por el abuelo le da un plus mágico y conmovedor al relato. - Luisa3har delt en vurderingfor 4 år siden
👍Værd at læse🔮Overraskende🎯Læseværdig💧Tåreperser
Citater
- Marcia Ramoshar citeretsidste år
nada… era una felicidad chafa. De mentiras. Como levantar un castillo de arena en el interior de una casa con las ventanas cerradas.
—Póngame también dos muslitos - Marcia Ramoshar citeretsidste årLa calle vacía. La noche quieta. Un único farol encendido. Un edificio de cinco pisos en la colonia Roma. Y un niño de once años sentado sobre una valija frente a la puerta principal, abrazándose a sí mismo, consultando su reloj con frecuencia, pensando que cada decisión implica una renuncia. Persiguiendo una hermosa posibilidad
- Marcia Ramoshar citeretsidste årLa calle vacía. La noche quieta. Un único farol encendido. Un edificio de cinco pisos en la colonia Roma. Y un niño de once años sentado sobre una valija frente a la puerta principal, abrazándose a sí mismo, consultando su reloj con frecuencia, pensando que cada decisión implica una renuncia. Persiguiendo una hermosa posibilidad
