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Bøger
Gustave Flaubert

La educación sentimental

  • michihar citeretfor 4 år siden
    Qué necesidad hay de laboriosas bagatelas de las que no se puede sacar provecho alguno? ¿De esas Venus, por ejemplo, y todos esos paisajes? ¡No veo ahí enseñanzas para el pueblo! ¡Muéstrenos más bien sus miserias! ¡Entusiásmenos con sus sacrificios! ¡Por Cristo, no será que falten temas! La granja, el taller…
  • michihar citeretfor 4 år siden
    Pellerin exclamó:
    –¡Déjenme en paz con esa repugnante realidad suya! ¿Qué significa eso de la realidad? Hay quienes ven en negro y quienes ven en azul, la muchedumbre ve en tonto. ¡Nada menos natural que Miguel Ángel y nada que tenga más fuerza! La preocupación por la verdad externa demuestra la bajeza contemporánea; y el arte llegará a ser, si seguimos así, a saber qué insignificancia con menos poesía que la religión y menos interés que la política. No conseguirán ustedes los objetivos de ese arte (¡sí, sus objetivos!) que son causarnos una exaltación impersonal con obras de poca monta, por mucho que anden trampeando en la ejecución. Vean los cuadros de Bassolier, por ejemplo: ¡es cosa bonita, coquetona, agradable y ligera! ¡Cabe en el bolsillo y puede llevarse de viaje! Los notarios los compran por veinte mil francos; y hay en ellos quince céntimos de ideas; pero ¡sin la idea no hay nada grande! Y ¡sin grandeza no hay hermosura! ¡El Olimpo es una montaña! El monumento más audaz siempre serán las pirámides. ¡Más vale la exuberancia que el gusto, el desierto que una acera y un salvaje que un peluquero!
  • michihar citeretfor 4 år siden
    Pellerin se leía todas las obras de estética para dar con la auténtica teoría de lo Bello, convencido de que, cuando la encontrase, haría obras maestras.
  • Elkin Andréshar citeretfor 3 år siden
    Reinaba el buen humor. Corría el vino, en copitas.
  • Elkin Andréshar citeretfor 3 år siden
    Su madre, con el dinero justo, lo había enviado a El Havre a visitar a un tío cuya herencia esperaba que recayera en Frédéric
  • michihar citeretfor 4 år siden
    Sénécal –que tenía la cabeza en punta– solo tomaba en consideración los sistemas. Regimbart, por el contrario, no veía en los hechos sino los hechos
  • michihar citeretfor 4 år siden
    Sénécal protestó. ¡El Arte tenía que apuntar exclusivamente a la educación moral de las masas! Solo se debían reproducir temas que incitasen a acciones virtuosas; los demás eran perjudiciales.
  • michihar citeretfor 4 år siden
    Entonces se adueñó de él uno de esos escalofríos del alma que nos parece que nos transportan a un mundo superior. Le había sobrevenido una facultad extraordinaria cuyo objeto desconocía. Se preguntó muy en serio si iba a ser un gran pintor o un gran poeta
  • michihar citeretfor 4 år siden
    Tras haber apoyado, cuando estaban empezando, a pintores contemporáneos, el marchante, hombre de progreso, había intentado, sin perder las apariencias artísticas, ampliar sus beneficios pecuniarios. Buscaba la emancipación de las artes, lo sublime a buen precio. Todas las industrias del lujo parisino notaron su influencia, que fue buena para las cosas pequeñas y nefasta para las grandes. Con su pasión por halagar a la opinión pública, desvió de su camino a los artistas hábiles, corrompió a los fuertes, extenuó a los débiles e hizo ilustres a los mediocres; mandaba en ellos por sus relaciones y por su revista. Los pintores principiantes ambicionaban ver sus obras en su escaparate y los tapiceros hallaban en su tienda modelos de mobiliario. Frédéric lo consideraba a la vez un millonario, un diletante y un hombre de acción. Muchas cosas lo dejaban extrañado, pues el ínclito señor Arnoux era un pillo en su comercio.
  • michihar citeretfor 4 år siden
    Su ambición era convertirse un día en el Walter Scott de Francia.
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