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Olivie Blake

Los seis de Atlas

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  • Lina Segurahar citeretsidste måned
    Elizabeth Rhodes era muchas cosas, la mayoría de ellas inútiles, pero no era contenida en lo que respectaba a sus habilidades.
  • Alison Reynosohar citeretsidste år
    los hombres pueden amar algo prohibido, en la mayoría de los casos el conocimiento; y más aún el conocimiento perdido
  • Fanny Vargashar citeretsidste år
    —Porque el problema con el conocimiento es el hambre insaciable, señorita Rhodes. Cuanto más tienes, menos crees que sabes. Por ello los hombres suelen perder la cordura en su búsqueda.
  • Fanny Vargashar citeretsidste år
    No había nada más peligroso que una mujer consciente de su valor.
  • Fanny Vargashar citeretsidste år
    La gente que hacía cola para ver la Mona Lisa no sabía los nombres de los otros cuadros que había allí y no tenía nada de malo.
  • Fanny Vargashar citeretsidste år
    Cuidado con el hombre que se enfrenta a ti sin armas.

    Si a sus ojos no eres tú el objetivo,

    puedes estar seguro de que entonces eres el arma.
  • Jasmin Figueroahar citeretfor 2 år siden
    LA MORALEJA DE LA HISTORIA:

    Cuidado con el hombre que se enfrenta a ti sin armas.

    Si a sus ojos no eres tú el objetivo,

    puedes estar seguro de que entonces eres el arma.
  • Denis Fdzhar citeretfor 2 år siden
    La Libby Rhodes que conocía Tristan era una colección de imperfecciones, una constelación de marcas olvidables. De cosas que ella se esforzaba por ocultar, pero nunca a él.
  • Denis Fdzhar citeretfor 2 år siden
    Estás buscando… no lo sé. Las otras partes.

    Libby puso una mueca.

    —¿Otras partes de qué?

    —¿Cómo voy a saberlo? De ti misma, tal vez. —Resopló—. Da igual, no hay otras partes, Rhodes. No hay nada más. Solo estás tú.

    —¿Qué significa eso?

    —O que estás completa o que no lo estás. Deja de buscar. Está justo ahí —le informó, agarrándole la mano con impaciencia y arrojándosela al pecho. Ella lo fulminó con la mirada y se apartó de su lado, dolida—. O es suficiente para ti o nada lo será nunca.

    —¿Esto qué es, un sermón?

    —Eres un peligro de incendio, Rhodes. Así que para de disculparte por los daños y deja que el idiota arda.
  • Denis Fdzhar citeretfor 2 år siden
    El dinero no compraba la felicidad, pero nada podía comprar la felicidad, y el dinero, al menos, podía comprar todo lo demás
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