Por muchos años mi biblioteca estuvo en mi cabeza: los libros leídos y los libros que quería leer ordenados en estantes mentales de debe y haber. No los anotaba en ninguna parte (tenía amigos que llevaban una libreta donde apuntaban los libros que habían leído), las listas, los catálogos, siempre me parecieron un poco inútiles. ¿De qué me sirve saber que he leído tal libro, tal autor, si no puedo recordar una sola línea, una emoción?