Hector Berlioz fue el gran compositor y director musical francés de la era romántica. Famoso hoy por su Sinfonía fantástica, sus óperas y arreglos corales. Lo que no todo el mundo sabe es que también fue un escritor de pluma sumamente prolífica. Escribió ficción, libretos para sus propias obras líricas y, sobre todo, pasó años publicando crítica musical. Críticas mordaces, irónicas, jocosas. Así queda claro en estos Grotescos de la música (1859), donde Berlioz no deja títere con cabeza. Es una selección de las mejores provocaciones a los directores de orquesta sordos, los compositores que descomponen, o incluso los críticos que opinan sin ver las obras. Berlioz no se olvida por supuesto de los cantantes codiciosos, los intérpretes enloquecidos por su instrumento o los aficionados inocentes. Paseando por los numerosos teatros líricos de París y otras ciudades de Europa, el lector encontrará relatos tan sorprendentes como una orquesta acompañada de cañones o la reproducción infinita de los gorriones de París.
La presente traducción fue realizada por Pablo Fante, doctor en letras, poeta y músico, y cuenta con todas las notas necesarias para acompañar al lector en este fascinante universo de personajes grotescos y musicales.