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Bøger
Elsa Drucaroff

Checkpoint

  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Miedo: las lágrimas culpables por el pecado de desear tanto y no haberse podido resistir habían rodado, inútiles, imbéciles, por el rostro inimaginable de aquel entonces y rodaban ahora otra vez por la piel agrietada. Miedo: los padres de su madre hubieran preferido reventarla a palos antes de facilitarle un método anticonceptivo; la habían insultado y zamarreado cuando confesó su embarazo, qué hubieran hecho de haber sabido que ni siquiera era de su novio.
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    La verdad nunca es desdeñable pero a veces es preferible olvidarla. Este no era el caso. Matías se puso a investigar sobre el destino de su padre
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    también le transmitió boca a boca en los encuentros desaforados que tuvieron en los hoteles alojamiento de la Recoleta durante varios meses de quinto año, encuentros precedidos o seguidos por mucha risa y charlas serias donde discutieron y perfeccionaron definiciones sobre la amistad, la
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    gustaba, estaba lleno de ira. Vibraba mi cuerpo, vibraban mis caderas, los brazos se iban hacia el cielo como si hubiera buen sol y acariciara
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    ventanas, luna llena y música, no importa tanto estar sola. Así fue. Me dediqué a mirar. Dilan estaba disfrazado de político, con el típico traje impecable y la dentadura fosforescente implantada; había dos Che Guevara
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Puede sufrir, sí, la separación le ha hecho mucho daño y ese monstruo lo ha llenado de culpa por amar a su padre, lo ha llenado de miedos y lo quiere empujar al lumpenaje y el fracaso para tenerlo para siempre con ella, para dejarlo encadenado a la montaña como a él y darle y darle con su
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    dormía, se sacó el diafragma sola en el baño para que el semen de él entrara y así él quedara encadenado, las tripas abiertas, el pico del buitre, la tenaza en los testículos y la posibilidad de reclamar y pedir ser tenida como una reina por lo menos hasta los dieciocho años de Lautaro
  • Jesus Koyochar citeretfor 5 år siden
    Con Andrés la ayudó de repente Laura y cada letra del nombre resonó con contundencia y el acento final pateó las sillas de todos, que se movieron incómodos al mismo tiempo
  • Jesus Koyochar citeretfor 5 år siden
    Dalila recordaba a su amiga soportando por meses la euforia de dos adolescentes enamorados y también la recordaba cuando fue entendiendo que avanzaba en ellos la desilusión: los azules ojos de ángel que Andrés había visto en Teresa ya se estarían volviendo vidrio de pupilas de muñeca, la máquina del noviazgo vacío ya estaría atrapándolos en su mezquindad.
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