pedagogo que quiere ejercer concienzudamente su oficio no desaprovecha ninguna ocasión para conocer a sus alumnos, sus niños, y estas se presentan sin cesar. Una respuesta, un gesto, una actitud son sumamente reveladores. Así pues, creo conocer bien al gentil hombrecito que eras y, con mucha frecuencia, el niño contiene en germen al hombre que llegará a ser. Tu placer de estar en clase estallaba por todos los flancos. Tu rostro manifestaba el optimismo