según las palabras del gran postfilósofo Friedrichem Sartén —la filosofía había quedado obsoleta tras la invención de internerd, la realidad virtual que satisfacía todos los deseos de aquel que se adentrase en ella, normalmente relacionados con el aparato reproductor y su carencia de uso. Así, la internerd ocupaba el tiempo de los seres humanos con todo tipo de placeres preferibles a la engorrosa tarea de pensar (no obstante, la producción de opiniones basura no solo no disminuyó sino que, al contrario, aumentó vertiginosamente)—, cuando hablamos del individuo hablamos de la sociedad, porque leñe, me lo dijo un genio muy amable mientras cagaba).