ocasiones, las peticiones de seguridad y estima o confirmación pueden tener que ver con la propia persona, y se reconocen por expresiones como «¿Cómo estoy? No estoy seguro de haber hecho esto o aquello. ¿Cómo me ves? No estoy seguro de... Ya verás como me critican/suspenden/rechazan como siempre». Quien le esté ayudando se encontrará en la paradójica situación de tener confianza en una persona que no tiene ninguna en sí misma. Una situación de este tipo provoca un gran estrés en el «ayudante», porque no puede estar nunca seguro del resultado de sus acciones; en ocasiones puede ir todo bien (quien no se quiere se convence de lo que vale y durante algún tiempo se siente más fuerte que nunca) o no del todo o en absoluto bien (la persona que no se quiere se sentirá en ese instante medianamente bien..., pero, al día siguiente, tendrá que comenzar de nuevo).
En efecto, las personas con poca confianza en sus propias relaciones no logran atesorar los «momentos buenos». Al encontrarlas después de dos días de lo que parecía un episodio positivo, se podría creer que están todavía contentas, ¡pero no! Todo ha desaparecido irremediablemente, hay que volver a empezar. En ese caso, el «ayudante», si le quiere, tendrá que aceptar que hay que comenzar de nuevo. O bien podrá amenazar al amigo diciéndole: «Si sigues así, no me tendrás a tu lado». Pero sería completamente inútil, porque el otro está convencido de no poder cambiar (aunque probablemente tiene todas las herramientas para conseguirlo).
A todos aquellos que se hallen en la situación de poder o querer ayudar a una persona que se encuentra mal consigo misma, se aconseja que actúen leyendo este libro y deteniéndose en las partes que consideren relativas a su propio «caso».
• Acercarse a la persona no con simpatía sino con empatía. Esta se define como la capacidad de experimentar los sentimientos de otra persona para comprender el significado que poseen determinadas experiencias para ella. La capacidad empática incluye:
— percibir los estados emocionales ajenos;
— diferenciar cada sentimiento del otro. En el caso de una emoción es necesario, por tanto, averiguar su naturaleza (alegría, miedo, rabia, tristeza, etc.) y su intensidad (alta, media, baja