Troika

esa noche, en el departamento nuevo de Inés, Francisca no soñó

A veces, cuando el cuerpo celeste de mi madre se queda quieto, podemos observarlo de cerca y pensamos que hemos entendido algo. Hasta que toma impulso, vuelve a lanzarse y le perdemos la pista

Me siento una niña, o puede que sea ella la que se está haciendo pequeña, más pequeña que yo. Sí: es ella la que está sacudiéndose la edad, suavizando las partes más rugosas de su temperamento.

He ido perfeccionando con relativo éxito el arte de perder,

fuera de hacerla resistente al paso del tiempo, no había nada que quisiera cambiar en ella.

A diferencia de las personas humanas y no humanas que conocía y que he llegado a conocer, Troika era perfecta tal y como era

En un capricho de intelectual, mi madre le puso Pérez Troika, una adaptación mexicana de la perestroika de Gorbachov. Pero

La soledad de una iluminó entonces la soledad de la otra, y esa luz tomó tanto espacio que sentí que alguien me había desvendado de golpe los ojos

Eduardo tenía una imagen tan vaga de mis padres juntos que consideraba imposible que compartieran espacio físico: las dos caras de un mismo monstruo jamás se hacen presentes en el mismo lugar y momento.

Miramos el mundo una sola vez, en la infancia.

El resto es memoria.

LOUISE GLÜCK