Joseph Brodsky

Marca De Agua

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Después de leer Marca de agua, uno quiere salir hacia Venecia y esperar que las campanas, como escribe Joseph Brodsky, nos despierten una mañana de domingo, en pleno invierno, para desayunar un poco de esperanza, o convertirnos en un gato como él o, simplemente, para desaparecer como un reflejo del agua. Marca de agua es el libro de un poeta y un viajero. Joseph Brodsky es, tal vez, el poeta ruso más importante del siglo XX. Nacido en Leningrado en 1940 y muerto en Nueva York en 1996, ganó el Nobel en 1987. En 1972 se le expulsó de la Unión Soviética, donde nunca pudo regresar. Vivió desde entonces en Estados Unidos y, con su primer sueldo de profesor, viajó en diciembre a Venecia, ritual que repetiría todos los años que pudo.
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Vurderinger

  • Santiago Romerohar delt en vurderingfor 5 år siden
    🔮Overraskende
    🎯Læseværdig
    🌴God til stranden
    🚀Opslugende
    🐼Vildt sød

    Hay libros, canciones, películas, etc., etc., que ocurren , suceden o te cuentan de Venecia. Por ejemplo, Sergio Pitol hace una narración extraordinaria en "El arte de la fuga"; Thomas Mann, pues nos pone un tachuela en el cerebro con "La muerte en Venecia".
    En todas ellas, el autor finge que nos cuenta algo de él en Venecia, le tratan de dar protagonismo a Venecia con ellos ahí. Pero Brodsky es más sincero, Venecia es el todo de esta magnífica obra. Joseph se confiesa cautivado desde el primer momento y regresa cada año a ese viejo lugar donde amó la vida; no que haya sido feliz o infeliz, simplemente, amó a Venecia como se ama a una amante con la cual sabes que el sino, es que nunca podrás vivir con ella.

Citater

  • Santiago Romerohar citeretfor 5 år siden
    Creo que yo nunca había conocido un fascista, ni joven ni viejo; sin embargo, había tratado a un número considerable de miembros del viejo PC, y fue por eso que el té en casa de Olga Rudge, con aquel busto de Ezra en el suelo, hizo sonar, por así decirlo, una campana.
  • Santiago Romerohar citeretfor 5 år siden
    Había algo definidamente erótico en el paso silencioso y sin rastro de su leve cuerpo por el agua —muy parecido al deslizamiento de la palma por la suave piel de la amada—. Erótico, porque no había consecuencias, porque la piel era infinita y casi inmóvil, porque la caricia era abstracta.
  • Santiago Romerohar citeretfor 5 år siden
    Sin embargo, supongo que se puede alegar fidelidad cuando uno regresa año tras año al lugar que ama, en la estación equivocada, sin garantía alguna de ser amado. Pues, como toda virtud, la fidelidad sólo tiene valor cuando es instintiva o forma parte de la propia personalidad, y no cuando es racional. Además, a cierta edad, y en cierto oficio, ser amado cuando se ama no es exactamente imperativo. El amor es un sentimiento desinteresado, una calle de dirección única. Por eso es posible amar ciudades, amar la arquitectura per se, la música, los poetas muertos o, dado un temperamento particular, a una deidad. Ya que el amor es un asunto entre un reflejo y su objeto. Éste es, en definitiva, lo que le trae a uno de vuelta a esta ciudad —como la marea trae el Adriático y, por extensión, el Atlántico y el Báltico—.

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