—No necesariamente. No debe olvidar que Larenz es un mentiroso patológico, alguien que sufre el síndrome de Münchhausen, pero no sólo eso: él vive sus mentiras, se las cree, y aquí interviene su segunda enfermedad, la esquizofrenia. —Malzius miró en torno—. Y eso lo convierte en alguien completamente impredecible