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Bøger
Martin Amis

La guerra contra el cliché

  • Adal Cortezhar citeretfor 3 år siden
    i no se hace nada más, se tarda una semana, más o menos, en leer Ulises. Hay en ella muchas cosas que nos hacen reír; hay en ella extensos fragmentos que ponen en nuestros labios una permanente sonrisa de envidiosa admiración; hay en ella cosas auténticamente escalofriantes; hay en ella momentos en que tenemos la sensación de que se ha apoderado de nosotros. Hay en ella muchas palabrotas, muchos gritos y muchos temblores convulsivos. El libro tiene dos presencias principales, Stephen y Bloom. Al igual que su creador, Stephen es un virtuoso del hablar sin decir nada, un brillantísimo pedante:
    Es susceptible de nodos o modos tan alejados como el hiperfrigio o el mixolidio, y de textos tan divergentes como los de los sacerdotes salmodiando alrededor del altar de David, no, es el de Circe; pero, qué me digo, es el altar de Ceres y David, que está en el establo, le explica a su bajonista principal que es justo que sea omnipotente.
  • Adal Cortezhar citeretfor 3 år siden
    ¡De qué modo tan efectivo combina sus temas Joyce cuando, en el capítulo de los ciudadanos, el cobrador de deudas sale tambaleándose del bar para ir al servicio, convencido de que Bloom ha conseguido un pleno en las apuestas hípicas de aquel día! Es una muestra de su modernidad que siga a sus creaciones tanto al dormitorio como al baño:
    [...] me dije que el tío estaba sobre ascuas, ¡joder! [...] sabía que se moría por decirme algo (cien chelines son veinte libras) y cuando estábamos en el meadero (del Caballo Negro) Burke propuso una partida de cartas y me insinuó que su chaval estaba enfermo [...] un plan para esfumarse con la pasta si ganaba (¡qué ganas de mear tenía, joder!) o si perdía traficar sin licencia (¡uf!) Irlanda mi patria dice que él (¡uf!, ¡jobar!) nunca será como esos jodidos (¡la última gota, por fin!) cuervos cornudos de Jerusalén.
  • Adal Cortezhar citeretfor 3 år siden
    El espacio (y la frase más encantadora del libro): «El celeste árbol de estrellas del que colgaban húmedos frutos azules como la noche.»
  • Adal Cortezhar citeretfor 3 år siden
    Tu intimidad debería ser, porque lo merece, un secreto por el que no tendría que interesarse nadie. Como este chiste tan viejo. Pregunta: «¿Cuál es la diferencia entre ignorancia e indiferencia?» Respuesta: «No lo sé ni me importa.»
  • Adal Cortezhar citeretfor 3 år siden
    Por más que nadie sepa cómo serán cuando crezcan, los hijos prolongan nuestra andadura vital. Nos ayudan a liberarnos del desierto biológico, en el que los únicos sonidos que oiríamos serían los jadeos del sexo y la muerte. Y, por descontado, el sexo y la muerte forman el matrimonio más terrible de todos.
  • Adal Cortezhar citeretfor 3 år siden
    Simplificando a Tolstói, Roth sugiere que todos los matrimonios son desgraciados. Y que todos son experiencias terribles. Por lo tanto, la infidelidad se convierte en una especie de obligación casi sagrada, e incluso la muerte puede parecer buena si la consideras un divorcio instantáneo.
  • Adal Cortezhar citeretfor 3 år siden
    «Fui a la iglesia, y mientras estaba arrodillado pidiéndole a Dios que me hiciera rico, una mendiga me pidió limosna. Primero me dijo si podía darle cinco dólares, y luego subió a diez. Se parecía mucho a Viva. Le di cinco centavos.» Claro que la cosa habría podido ser peor. Andy habría podido decir: «Le di cinco centavos (cinco centavos).»
    Warhol era un esnob de la fama, del aspecto personal, del peso, de la estatura y de la edad.
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