El banquero anarquista (1922) es un relato de argumentación en el que la trama narrativa casi no existe en favor del juego dialéctico, la contradicción, la paradoja y la sutileza literaria. Todo se centra en dos personajes, de los que muy poco sabremos, sentados frente a frente, en un pequeño drama estático en el que uno de ellos trata de justificar mediante una cabriola lógica, llena de cargas de profundidad, su doble y sincera adscripción al auténtico anarquismo y al capitalismo más feroz. La liberación del individuo de todo poder constituido por la que aboga el anarquismo, se cumple en todo su rigor, al menos en el propio banquero, precisamente a través de la conquista del dinero. Pessoa se regodea en el hallazgo de los extremos que se tocan, en la sutil ironía de esta retorcida paradoja al modo chestertoniano. La escritura de este relato corre paralela a la vigorización de los ideales socialistas de la época, espoleados por el triunfo de la revolución de Octubre, y de la que Pessoa, a sólo cinco años vista, hace una temprana y lúcida crítica.
El banquero anarquista forma parte de lo que el poeta portugués suele denominar como “cuentos de raciocinio”, que tanto interesarán a la tradición anglosajona (Poe, Chesterton o Conan Doyle). Quizás la ficción más acabada de Fernando Pessoa, y seguro entre las páginas centrales del mayor genio de las letras portuguesas modernas, en esta edición el relato se presenta en el contexto de lo que el propio autor llamó “ficciones sociales”. De ahí que se acompañe con los extractos más afines de su gran obra en prosa, Libro del desasosiego, seleccionados por afinidad temática, en cuanto especulación política y socio-económica, y formal, en cuanto paradoja dialéctica.