Robin ha comenzado a arrojar escupitajos de sangre cada cinco o diez segundos y no puede mover ni un párpado y hace ruidos desagradables cada vez que escupe coágulos de sangre y se ahoga con su propio vómito y el poco aire que le queda lo usa para medio respirar y decirme: Ya no me pegues, por favor.
Y sigue contorsionándose. Y vomitando sangre.